El recuerdo de la felicidad sólo es beneficioso cuando quien recuerda sigue siendo feliz. En la desgracia no hay consuelo ni refugio, sino el ardor del arrepentimiento desesperado.
El recuerdo de la felicidad sólo es beneficioso cuando el que la recuerda sigue siendo feliz. En la desgracia no es un consuelo o un refugio, sino la quema de un arrepentimiento desesperado.